NN(24/03/24)

Por Aldo Ternavasio

para Ezequiel y Melina

si llegar hasta allí
era lo que hacía falta

si era necesario que lo oscuro
vuelva sobre nuestros pasos

si cavar en la noche
era conservar el pozo de la memoria

si el pozo era nuestro testigo
contra el mecánico placer de la crueldad

si había que llegar
hasta el agua amarga de los nombres

si poder pronunciarlos nuevamente
nos liberaba de beberla en nuestras mesas

si concedíamos que la luz se hunda
hasta el fondo más envilecido de la vida

si dejábamos a la ternura del agotamiento
velar el dolor de los cuerpos sin descanso

no era porque aceptábamos
las impiadosas lecciones de la ausencia

no

no lo hacíamos para concluir
el duelo de nuestros pueblos

ni para dejar
que el rancio vacío de las tumbas se escape
hacia el aire que respirábamos todos lo días

y si deseábamos regresar
hasta el fondo de los fondos
era para poder salir de alli
pero sin volver del todo

era
al fin
para que la deuda no concluya nunca

era para que una y otra vez
el pozo se abra bajo nuestros pies

era para que siempre sea necesario volver a cavarlo

era por aquello que esperábamos
por esto que aún nos mantiene en la espera
por eso que todavía tendremos que esperar

era por eso que fue y que aún es

lo oscuro que no para de crecer
las sombras cada vez más funestas
la furia que las alimenta

y por lo sombrío

lo sombrío triunfante
lo sombrío diseminado en las pequeñas cosas
lo sombrío indiferente
lo sombrío que proyecta este ocaso interminable
lo sombrío arrojado por los hambrientos
que cada vez tienen más hambre
por los ultrajados que abren sus ojos
cada mañana
aún más ultrajados

y por todos sus muertos

como por los muertos nuestros de cada día
que siguen esperando
que les permitamos terminar de morir en paz

Foto: diario Tiempo Argentino, Pozo de Vargas

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