“Es Vicentín pública o de Cargill”
El derrumbe intempestivo de una empresa líder en el mercado de granos que anuncia su insolvencia después de contraer deudas millonarias con la banca pública y de producir acciones suspicaces como la venta de parte de sus activos mientras incumple el pago a acreedores. Ante la factibilidad de maniobras de vaciamiento, el gobierno de Alberto Fernández decretó la intervención y futura expropiación de Vicentín. En dialogo con Link! Pedro Peretti, ex titular de Federación Agraria, analiza las perspectivas de contar con una empresa estratégica en materia agroexportadora.
Por Adriana Gil y José Vitar
-En su opinión ¿la decisión de intervenir y expropiar Vicentín es acertada y beneficiosa para el país?
Es una decisión irreprochable, no tiene objeciones desde ningún punto de vista, ni del punto de vista jurídico ni del punto de vista económico, ni político, ni social. Tampoco del modo y la forma de producir los alimentos y la producción agropecuaria en general. Me parece que es un gran paso que la Argentina tiene que dar. No podemos seguir estando en manos de 8 o 10 grandes compañías transnacionales que tienen una posición monopólica, están absolutamente cartelizadas y son las que terminan determinando el precio de los alimentos en la República Argentina. Es una decisión irreprochable del gobierno.
-Usted mencionó anteriormente que debería ser una empresa pública con control social ¿cómo funcionaría y que características tendría?
Entendemos lo público como una superación de lo estatal. Lo público es de todos y lo cuidamos entre todos. Lo estatal termina no siendo de nadie, no cuidándolo nadie y siendo presa fácil de los privatizadores como pasó con FFCC, con Gas del Estado y un montón de empresas similares. Una empresa pública debe tener el control social desde adentro y ahí tienen que estar las cooperativas, los productores, los trabajadores, los consumidores. Muchos ojos mirando y custodiando la compañía ante cualquier intento o desviación que se quiera hacer desde un tema de corrupción o el tema de la privatización Muchos ojos pueden alertar en seguida, se produce una alerta temprana sobre la situación y acota muchísimo la corrupción. Este es el control que imaginamos para la compañía, con participación de distintos sectores involucrados en la producción de alimentos. Además, planteamos que los directores de la compañía no deben ser renovables, o sea, se debe poner límite de mandato sin renovación y que, además, no puedan nombrar familiares. Deben hacer declaración de bienes al ingresar y no tener contradicciones de intereses con la empresa. Ahí es acotar lo más posible el tema de que exista corrupción para no dejarle en el país el campo orégano a la derecha, que se agarra de cualquier posible hecho de corrupción para atacar la función y tratar de privatizar a las empresas que son de todos.
-Justamente la oposición está planteando la ilegalidad de la medida del gobierno ¿cómo interpreta ese cuestionamiento?
No tiene ningún sustento jurídico, ya lo hemos explicado, es un argumento leguleyo para embarrar la cancha. El hecho de que la convocatoria de acreedores se radique en Reconquista fue una controversia muy grande en los tribunales de Rosario ya que la Caja Forense de Rosario comunicó que es irrazonable que se radique en Rafaela cuando el 90% del sitio comercial de la empresa estaba en la ciudad de Rosario ¿por qué lo radican en Reconquista? Porque el juez no ofrece ninguna garantía de imparcialidad, es un juez puesto por Vicentin, es un juez de ellos. Entonces, la medida del gobierno de intervenir y de expropiar desbarató ese concurso preventivo que estaba totalmente amañado y que iba a terminar con los trabajadores en la calle, los productores no cobrando nada, las cooperativas cediendo parte de sus activos y la empresa desguazada en manos extranjeras. Eso está más que claro para que el que lo quiera ver y quien no quiera ver eso es porque no quiere ver nada.
-El presidente Alberto Fernández ratificó en los últimos días que la expropiación se mantiene.
Nunca tuve dudas de eso. Desde febrero, el Presidente viene diciendo lo mismo. Yo creo que un paso atrás en la expropiación hubiera sido prácticamente para terminar su gobierno. No puede tomar una decisión como esa y volver para atrás. No, es absolutamente razonable lo que ha hecho Alberto y yo no tenía ninguna duda al respecto.
–Se habla de que es una decisión estratégica para un mercado de alimentos que es cuasi monopólico en Argentina, donde el precio de la comida es altísimo y con alimentos básicos, como la leche, volviéndose inaccesibles para millones de personas ¿qué decisiones habría que tomar para desmontar esa estructura?
Varias. Primero, para volver al consumo de cercanía hay que empezar ya con un programa de acceso a la tierra, de capacitación de productores para producir alimentos frescos tipo leche, lácteos, todos los derivados de cercanía, eso es fundamental. La irracionalidad logística de la economía agraria argentina es tremenda, no puede ser que un pollo o un huevo viaje 1200 km para llegar a Salta, Jujuy o Tucumán desde Rosario, Santa Fe o Entre Ríos, ¡que la leche haga mil kilómetros! Hay que terminar con que los alimentos hacen turismo para llegar a la mesa de los consumidores. Otro tema que hay que desmontar es el carácter monopólico, hay que democratizar la producción de alimentos en la Argentina, hay que tratar de ponerle un límite al latifundio. Hay una serie de medidas a tomar que son todas al unísono y que, además, no son de efecto inmediato sino que hay que trabajarlas con un programa que por lo menos nos va a llevar una década. Va a llevar tiempo volver a tener racionalidad en la producción de alimentos.
-Esto nos lleva al tema de cómo se realiza la exportación de granos en el país, hay 18 puertos en el Rio Paraná de los cuales 14 están en manos de empresas extranjeras, ¿cómo es la relación de estas agroexportadoras con el Estado en materia tributaria?
Oscura, muy oscura. El negocio agrario es uno de los rubros comerciales legales más oscuros y poco transparentes que existen en la actividad económica de Argentina y del mundo. Por eso están tan nerviosos y se ponen tan molestos cuando uno quiere hacer una empresa testigo. La Vicentín pública como empresa testigo en el comercio de granos es un problema muy serio para ellos que están acostumbrados a subfacturar, a evadir impuestos, a hacer todas estas trapisondas que hacen con habitualidad y tienen mucha pericia para hacerlo.
-En ese sentido, el papel que tendría el Estado siendo parte de Vicentin pondría un necesario control en un comercio estratégico del país.
Un control absolutamente necesario porque no se puede seguir teniendo la principal actividad exportadora argentina sin ningún control, se debe poner en caja a esa gente.
-¿Es correcto hablar de soberanía alimentaria? ¿Cómo se entiende ese concepto y qué relación tiene con el comercio exterior?
El tema de soberanía alimentaria en Argentina es un tema discutible. Yo estoy a favor del concepto de soberanía alimentaria que tiene que ver con la accesibilidad a los alimentos y la forma en que se producen, una serie de cuestiones hoy en Argentina, en otros países es una cosa distinta. Pero lo más importante en Argentina es el tema de la seguridad alimentaria, eso es lo que está en discusión en el país porque nunca los alimentos tienen que ver con el volumen de lo que se produce. ¿De qué sirve tener mucha carne colgada en los ganchos de la carnicería si no tenés plata para comprarla? El acceso a la alimentación tiene que ver con el salario, con la distribución de la riqueza y proveer productos alimenticios que no estén vinculados al dólar, al ajuste de la devaluación, a la inflación, cosas que lo sacan del acceso al público. Por eso es tan importante discutir el tema de seguridad alimentaria y por eso tener una empresa como Vicentín que esté al servicio de eso.
-¿Qué características debería tener una política de Estado en el gobierno de Alberto Fernández hacia la economía agropecuaria?
Tiene que ser una política que ponga el eje en una economía de rostro humano, una agricultura con agricultores. El centro deben ser los productores genuinos, hay que volver a la chacra mixta, hay que volver a la producción de cercanía. También, hay que poner un impuesto al latifundio, seria importantísimo. Hay cuestiones que son esenciales en esta materia que la política económica debe tener muy en cuenta. Y hay que empezar a implementarlas ya.
-Por último, el gobernador de Santa Fe Omar Perotti realizó declaraciones acerca de que podrían estudiarse propuestas superadoras a pedido de los directivos de Vicentín ¿Qué evaluación hace de estos dichos?
La única opción desde mi punto de vista es la expropiación. No hay opción superadora. Es Vicentín pública o de Cargill.