“Sin pandemia hubiéramos tenido una recuperación similar a la de Néstor Kirchner”

En esta entrevista, Hugo Ferullo analiza los efectos de la pandemia y las posibilidades de recuperación en una Argentina expoliada por el proyecto neoliberal macrista.

 

 

Por Adriana Gil y Eduardo Núñez Campero

-La pandemia ha puesto un parate al mundo, ¿qué lectura hace en términos de la economía global, y por otro lado, cree que este cimbronazo facilite el surgimiento de opciones políticas más populares?
El mundo tiene distintas respuestas este año en pandemia. Hay economías que están recuperándose de manera acelerada como EEUU y China, una recuperación que los economistas llaman en V porque después de una fuerte caída tienen una fuerte recuperación y ya están por encima que antes de la pandemia. La gran mayoría de los países europeos están en una W o sea después de la caída, una recuperación pequeña y en la mitad de la recuperación con la segunda ola del coronavirus volvieron a caer. Algo así está pasando en Argentina, no hay una respuesta única si se mide la producción estrictamente. No todos parten del mismo lugar porque Argentina antes de la pandemia tuvo una caída del PBI en 2019 del 2,1% que es una caída importante y el año pasado del 10 %. El primer trimestre de este año siguió cayendo, recién en el segundo empieza recuperar y esperamos que el virus no vuelva a frenar la recuperación. Pero el hecho de venir de un lugar crítico hace la situación argentina infinitamente peor que la de los europeos. El sistema mundial está en una crisis fenomenal, de civilización diría Keynes, momento crítico donde lo que esta en juego es la supervivencia de la vida. Claro que lo que la gente ve es lo inmediato, la producción, el trabajo y se pierde la dimensión más profunda de la crisis, la destrucción de la naturaleza que está provocando el sistema y hay corrientes que están poniendo en cuestión la relación terminal con el hábitat, una necesidad imperiosa de reconstituir el sistema mundial si queremos seguir con la vida.

-¿Hay una relación con el virus en esta crisis medioambiental?
Muchos ven una reacción de la naturaleza ante la aparición del virus. Si la civilización no reacciona frente a este daño la va a pasar por encima. Enrique Dussel, de la filosofía de la liberación, habla de la ética de la vida, de las necesidades materiales porque la gente tiene que comer, vestirse, no se trata solo de valores. El fin es que la gente viva, cuando eso se rompe, se rompe el equilibrio en ese derrotero humano, la naturaleza es un medio para mejorar las condiciones de existencia pero un sistema de producción económica no puede relegar negligentemente a la naturaleza. Ese olvido de la naturaleza tiene costos que se miden con entropía, el costo de lo que se pierde en calidad de vida, que es siempre de vida futura lo que está en juego. Con este virus es la vida de hoy lo que está matando, eso no pasó nunca. Dussel afirma que en la historia de la humanidad nunca pasó que sistemáticamente todo el mundo tenga conciencia de que está siendo atacado integralmente. El final está abierto, la situación es grave, pero es una lectura apresurada porque el ser humano también tiene reservas y se siente más la conciencia colectiva del daño que puede sobrevenir hasta que aparezcan los cambios.

-¿Hacia dónde se podría resolver esta crisis en términos de condiciones de bienestar? ¿Qué cambios se podrían intentar para sobreponerse a la pandemia?
Para resolver eso hay que ver cada país. Esta es la única experiencia común de la humanidad. En simultáneo tenemos conciencia de que nos pasa a todos. La interpelación es muy grande y no sabemos de dónde va a salir la respuesta. En lo que respecta a Argentina es singular dentro de la singularidad de los países. Hay un proyecto neoliberal de derecha imperante en casi todo el mundo instituido que es lo que entró en crisis pero en Argentina ese proyecto es de fracaso. No tiene en su historia experiencia de éxito más que el momento agroexportador del siglo XIX, pero cada vez está más lejos eso y no es neoliberal. Eso fue éxito. Eso está cada vez más lejos para la gente que se da cuenta que es cada vez más pobre.

-El proyecto neoliberal de la dictadura o el de Menen fueron eficaces para profundizar la desigualdad y el de Macri también cumplió ese objetivo.
Estoy pensando más en la subjetividad que en la capacidad política de perdurar un tiempo determinado. Donde predomina este pensamiento hay una clase media que ha sido integrada. Como decía Foucault, el neoliberalismo es la captura de las almas, te capturan tus deseos, tu libertad, el empresario de si mismo para vivir mejor, soy desarrollado, tengo sistema de salud, de transporte, voy al cine. Piensan: me va mal, me quejo pero peor les va a los países subdesarrollados. A eso le llamo tener cierto éxito en la captura de la gente. Argentina no tiene eso, la última experiencia fue directamente de una mafia. Eso no puede ser exitoso, no puede serlo con Macri y Bullrich de abanderados, eso va a la destrucción. Jorge Alemán dice que hay una internacional de la mentira instituida para captar la subjetividad pero en esos lados hay una separación de poderes, están los medios, el poder real de las corporaciones y hay una política, política compartida por las corporaciones que pagan campañas en los medios pero hay un sentido institucional con valores, los políticos, los medios. Acá hay un solo sujeto, acá es muy grosero porque un solo sujeto es el que hace eso, no hay una figura política cooptada por el que les paga, acá son ellos mismos. Esa grosería de la oposición es la que ve todo el mundo y uno dice “a ustedes se les va la mano”, y parece que no tiene la política cómo enfrentar eso de manera efectiva porque el diálogo de Alberto es bonito pero ¿cómo dialogas con Patricia Bullrich? Que lo insulta al Presidente y lo acusa de envenenar a la gente. Eso así, no pasa en ningún lado. Con diálogo vas a poder lograr algunas cosas pero otras no.

– ¿Cómo sacar ventaja de esta crisis global y poner algún limite a la creciente concentración de la propiedad privada en la pandemia?
El gobierno apostó por una imagen conciliadora del peronismo, posición que se ve en Alberto y Martín Guzmán. ¿Qué significa? La sensatez de Guzmán dice que necesitamos grandes equilibrios macroeconómicos para crecer sin sobresaltos. Que la inflación sea previsible para que la gente pueda pensar en el futuro, que el desempleo no crezca, que la deuda sea sostenible. Si la gente cree que el Estado no controla sus gastos sin cumplir sus compromisos con la deuda, de nuevo la crisis. Que el dólar esté cuando haga falta y no que lo lleve la especulación hacia afuera. Este es un plan donde se reconoce la racionalidad, Guzmán recoge aplausos y tiene fortaleza con privados poderosos que tienen ciertas reglas todavía. Lo que él propone, en cualquier lugar del mundo sería bueno pero aquí no alcanza. Hay que poner autoridad, tiene que haber un poder que ordene este caos que quieren implantar Macri y Bullrich porque cuando no tienen éxito en la gestión, la única forma de competir electoralmente es generar el caos continuo: que la gente vote por el temor, la bronca, el antiperonismo. Porque no puede decir “conmigo te fue mejor”. ¿En qué? Argentina tiene un problema de cortísimo plazo que es generar orden interno, en una percepción general de que al Presidente le falta cierta autoridad. Eso se verá respecto a los 2500 millones que faltan del impuesto a las grandes fortunas. Magnetto, Pérez Companc dicen que no pagarán. Y ahí se dirime si la ponen en vereda a Bullrich, es decir que esta persona se ordene al estilo de países neoliberales al menos, que haya cierta institucionalidad para el diálogo. Lo que tiene a favor el oficialismo es que la oposición es un mamarracho, se cae a pedazos sola porque con ese discurso no sé cuánto tiempo la gente seguirá apoyando, van a tener que poner otras caras. Creo que hay chances de que Argentina supere esta pandemia cuando terminemos de vacunar y haya una recuperación rápida. Ahí lo que pasa es que lo conciliador no es la postura tradicional del peronismo. Hay cierta inquietud, no los votamos para que normalicen los negocios sino para que se peleen con los poderosos.

-¿De qué modo se llega al crecimiento con inclusión cuando pareciera que la prioridad del gobierno está en la deuda y la pandemia, mientras hay inflación y la matriz tarifaria continúa sin correcciones?
Cuando uno piensa en términos prácticos no tiene mucho espacio porque a la deuda y a la pandemia tenés que enfrentarte. Si desconozco esto y me dedico solo a que la gente viva mejor, no lo vas a lograr. ¿Qué dice el Ministro de Economía? Hay que esperar que termine esta pesadilla para recuperar una economía que vuelva a la prepandemia y eso no es evidente. En eso, Guzmán está bien plantado. Argentina cayó el 10% el año pasado, es una bestialidad.

-¿Cómo lograremos la recuperación pagando la deuda con el FMI en los años venideros?
Todavía no está determinado. Si tuviera que pagar al FMI en un plazo de 10 años a una tasa de 2% anual, eso serian 15 mil millones de dólares por año y Argentina no puede pagar eso. Incluso a 20 años sería impagable. Hay que ver cómo termina el acuerdo, si se pone firme en la sostenibilidad. No se puede firmar cualquier cosa y no hay demasiados buenos augurios. Si no es sostenible, Guzmán no llega a cumplir con su plan de ordenar la economía. ¿Por qué no se ve eso? Porque el gobierno de Alberto no empezó.

-¿Considera que la pandemia habilita un margen para medidas audaces como hubiera sido Vicentín e incentivar una mayor presencia del Estado?
Ese ejercicio de lo que hubiera sido se puede hacer pero no lo veo prioritario porque el gobierno que tenemos es el que tenemos, plantado en una posición pacifista del peronismo. Veamos cómo hacemos para que le vaya bien en su propio plan porque eso nos va a hacer mejor a todos. Eso digo, en este derrotero dialoguista ¿qué se puede esperar?

-A esa posición dialoguista de Alberto se le objeta no tener la autoridad para obligar a cumplir, por caso a Clarín, la tarifa autorizada en telefonía como servicio esencial.
Ese es el poder de hecho frente al gobierno. Por eso, se necesita cierta autoridad para ordenar eso sino es caótico. Lo que se puede esperar de este gobierno si le va bien es ordenar la economía y parte del orden es que se cumplan las reglas. No puede ser que haya un decreto, una ley y no se cumpla. Que la Corte Suprema diga que vos tenés que ponerte de acuerdo con aquel, eso solo pasa acá. Ese paso hay que darlo. Recién cuando termine eso, ver qué pasaría si uno acelera todo, si se patea el tablero y se decide no pagar la deuda, como proponen algunos. Que Argentina entre en default políticamente y que el FMI les cobre a los ricos que se llevaron la plata afuera. Nadie puede decir que le falta justicia pero ¿es posible? Esa es la pregunta, ¿es capaz de hacer eso o no?

-¿Qué pasa si se deja a un lado el tema de la deuda externa y llegamos a un acuerdo con el FMI pero el gobierno decide intervenir las empresas de servicios que desobedecieron en acto antijurídico?
Para eso tenés que tener poder, eso hay que lograr paso a paso. En eso tengo cierto optimismo, en que el gobierno después de la pandemia recupere el poder, la capacidad de disciplinar a estos actores. ¿En qué me baso? En el desastre que es la oposición porque cuando uno lee y escucha a Bullrich, piensa: no, la gente no puede optar por esto, esto es suicidio, la muerte colectiva y no veo a Argentina yendo a la experiencia de Bolsonaro. Tampoco veo a la gente de derecha que votó a Macri, votando a un Bolsonaro. Esta oposición no es capaz de generar una cosa ordenada, entonces le da cierto margen al gobierno. Las voces críticas extremas, las barricadas que le quieren poner a Alberto del campo o la industria no la tienen fácil tampoco porque dentro de los grupos económicos se plantea cierta sensatez. Creo que no están a favor de tomar las rutas de nuevo porque no ven que Alberto sea el enemigo número 1. En ese sentido, no hay que dejarlo al Presidente, Cristina lo eligió para que haga lo que está haciendo, no está engañando a nadie, lo han elegido para que haga esto.

-¿Cómo se concilia dentro de la coalición de gobierno cuando hay voces críticas como el tema del Río Paraná o cuando se reclama un freno a la alta concentración en sectores clave como el de alimentos?
De esta coalición eso es lo que hay esperar. Nadie se puede sorprender de lo que hace Alberto ni de voces críticas como Taiana porque hace al equilibrio del gobierno. Es decir, sabes cómo te elegimos, no sos vos el que ganó la elección, cierto es que te hemos puesto para hacer esto pero no te olvides que te hemos puesto y eso él lo tiene claro también. En ese sentido, no veo grandes problemas en la conducción, el problema hoy es la pandemia. Sin pandemia hubiéramos tenido una recuperación similar a la de Néstor Kirchner. La gente hubiera visto el crecimiento, hubiera tenido mejor salario, capacidad de consumo. ¿Qué quieren hacer con la pandemia? Esa es la pregunta. Fue un masazo a un país que no estaba en condiciones de encarar esa pandemia. Poniendo el esfuerzo en recuperar el sistema de salud, con un espacio mínimo para otra cosa. Se arregló con los acreedores y ahora el Fondo pero más cosas es difícil de pensar por ahora.

-Siguiendo la comparación de Dussel, también debemos asumir que somos estados neocoloniales y quiero preguntarle sobre Chile y Bolivia como se hace para avanzar en nuestros países con bloques dominantes que permanentemente tratan de disciplinar a los gobiernos populares?
En Latinoamérica hay estado de crisis flagrantes y tienen salidas disimiles como en Chile que se derrota a Piñera pero en Ecuador gana un banquero, el más ortodoxo de la derecha tradicional con discurso explicito sin mentiras. Porque Macri mintió pero este no, sin engaños y la gente lo votó. Es cierto que globalmente hay una queja popular enorme frente a la injusticia del neoliberalismo, la gente está harta de sufrir injusticias y ver que el 1 % se queda con todo. En Argentina no hay otra manera de vérselas con ese lio y tratar de mejorar que a través del peronismo.

-¿Por qué?
Otros países no tienen peronismo y porque es lo que realmente concentra las banderas de lo nacional y popular.

-Pero también está el peronismo de Héctor Daer que dejó hacer a Macri en desmedro de los trabajadores.
Bueno, pero se está dentro de una ubicación política amplia y ahí es donde hay que operar para que esté bien conducido porque eso tiene muchas caras. Como decía Perón, en Argentina somos todos peronistas. Si no le empezamos a poner límites ahí se juegan las situaciones de poder para conducirlo al lado más popular. Y es lo que está haciendo la coalición de gobierno. Sin pandemia hubiera sido muy exitoso porque no veo grandes fisuras.

 

Hugo Ferullo es Doctor en Economía y docente e investigador de la UNT.

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