Los presupuestos de la Administración Nacional en la era kirchnerista y en la era de Macri
DOSSIER
Por Horacio Rovelli*
Los trece proyectos del “kirchnerismo” presentaban el mismo perfil: impulso al consumo interno, apuntalamiento de la obra pública e inversiones en la infraestructura económica y social, ejercicio de los derechos en defensa del trabajo, de movilidad previsional y de inclusión. Esos presupuestos se formularon en función de tres cuestiones: administrar el sector público nacional acorde a un modelo de crecimiento basado en el mercado interno, que apuntale la integración regional e internacional. En un marco que debe reconocerse y como mérito del “kirchnerismo”, se incrementó la provisión de bienes y servicios públicos y paralelamente, se logró financiarlo básicamente con recursos tributarios. En 2002, la presión fiscal nacional era de sólo el 16,52% del PIB, que se fue acrecentando año tras año para ser un 100% superior en 2015 (estimado en unos U$S 550.000 millones) y, sin embargo, la presión tributaria nacional total (en que una parte se coparticipa con las provincias) alcanzó el 28,71% del PIB en el último año de gestión del kirchnerismo, incluyendo, los recursos coparticipados.
Ese año 2015, el gasto primario de la Administración Nacional representó el 23,42% del PIB, que sumados los intereses de la deuda por 1,78% del PIB, implicaron un gasto total de la Administración Nacional del 25,20% del producto. Los ingresos propios (tributarios y no tributarios) de la Administración Nacional fueron del 20,7% del PIB, y el 4,5% faltante se debieron a los subsidios (sobre todo energéticos y de transporte) que alcanzaron a $ 240.000.- al tipo de cambio de $ 9,70 por dólar unos U$S 25.000 millones.
Los subsidios fueron el total del déficit fiscal del gobierno de los Kirchner: por ejemplo en 2007 fueron por un total de $ 14.600 millones (a un dólar promedio de $ 3,10 significaban U$S 4.700 millones), contra la recaudación de las retenciones por U$S 7.000 millones, con lo que se financiaban en su totalidad y quedaba superávit fiscal. En 2015 en cambio, las transferencias (subsidios) alcanzaron los $ 240.000 millones (U$S 25.000 millones) cuando la recaudación por retenciones fue de $ 75.860 millones (U$S 7.900 millones). Esto es se siguió apuntalando la energía y el transporte barato para la población y la producción, pero se lo hizo a costa del equilibrio presupuestario.
Finalmente, la Argentina creció sostenidamente porque año tras año se acrecentaba el consumo, que representa el 75% del destino de nuestros bienes y servicios. Por ende, la política fiscal fue consecuente con ese objetivo de crecimiento del consumo y del PIB, por la “Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación”.
El modelo macrista
En cambio el modelo del macrismo y el presupuesto que responde a ese modelo, se constituye desde la lógica de la apropiación inmediata de la ganancia a como dé lugar, cubriendo los déficit que ellos mismos generan con endeudamiento, aprovechando la liquidez internacional, que a su vez es el camino para que los sectores más favorecidos del modelo adquieran las divisas y las fuguen a posteriori.
-Devaluaron violentamente no bien asumieron y le quitaron las retenciones a las exportaciones.
-Redujeron los impuestos internos para la compra de autos de alta gama y artículos de lujo.
– Incrementaron fuertemente las tasas de interés.
-Acrecentaron sideralmente las tarifas de la luz, del gas, del agua, de las comunicaciones.
-Se endeudaron irresponsablemente, como lo expresara el primer ministro de economía de Kirchner, Roberto Lavagna: “El Kirchnerismo para resolver 90 mil millones de dólares, emitió 35 mil, el gobierno de Macri para resolver menos de 5 mil millones, emite 12.500 millones”.
Con esa guía de transferir recursos de los que menos tienen a los que tienen más, hicieron aprobar la ley 27.260 que va a permitir:
– Pagar jubilaciones extraordinarias a costa de todo el sistema previsional;
– Reducir el impuesto a los Bienes Personales, eliminan a partir de 2019 el impuesto a los activos de las empresas (Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta), derogan el impuesto a los dividendos (ganancias) por la compraventa de acciones en mercados financieros del exterior;
– Permitir un “blanqueo” sin la obligación de repatriar los capitales no declarados;
– Generar las condiciones para la venta de las acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS ante la imposibilidad fáctica de pagar las reparaciones previsionales.
Estiman que la presión tributaria en 2016 será del 25,33% del PIB y para 2017 del 25,97%, contra los 28,71% del último año de gestión kirchnerista. Esto es desciende el PIB y recaudan menos, y también reducen el gasto primario de la administración nacional a 22,18% en 2016 y a 21,71 % del PIB en 2017 (contra los 23,42% del PIB de 2015), y en cambio incrementan (por mayor endeudamiento) los intereses de la deuda que van hacer del 2,36 % del PIB este año y del 2,53% del PIB para 2017, contra el 1,78% del PIB de CFK en su último año de gestión.
Para gastos corrientes
Ahora para observar en qué gastan y con qué recursos cuentan basta con ver el informe del Ministerio de Hacienda y Finanzas del primer semestre 2016, en que el resultado primario (antes del pago de la deuda) demuestra la incapacidad manifiesta de esta administración, que sin contar los ingresos del BCRA y de la ANSeS, el déficit fue de $ 217.039 millones (unos U$S 14.000 millones), que es un 40% superior al rojo de enero-junio de 2015.
Permiten aumentos siderales de las tarifas públicas, despiden gente y el déficit fiscal es considerable y sólo lo van a financiar con el “blanqueo” y con nuevas deudas. Siguen aumentando los subsidios en un 31% con respecto a igual período del año pasado, lo que significa que las empresas energéticas y de transporte de todo tipo siguen recibiendo generosos subsidios del Estado macrista, garantizando sus tasas de ganancias sin conocer el costo de dichos servicios, y a costa de los consumidores, y sin embargo sus precios se incrementaron exponencialmente con los tarifazos.
La combinación de la menor recaudación por derechos de exportación, del IVA y demás impuestos internos por el menor nivel de actividad, el acrecentamiento de los gastos y cumplir con la ley previsional del kirchnerismo, genera un déficit que es el 26,2% del gasto primario.
El Presupuesto nacional 2017 extrapola la política fiscal del primer semestre, con lo que el déficit fiscal y la no asistencia a los sectores de menores ingresos van a continuar persistentemente, mientras se recauda menos impuestos de los sectores con manifiesta capacidad adquisitiva y que pueden pagarlos.
En el presupuesto 2017 las Prestaciones de Seguridad Social crecen un 35,2%, que es mayor a la tasa de incremento que los recursos previsionales esperada del 23,5%, fundamentalmente por los pagos de reparación previsional de la ley 27.260, con lo que se estima un déficit en el sector para el año 2017 de $ 356.776,9 Millones (que es el 58,8% de los recursos), dado que los ingresos previstos en el año 2016 suman un total para la administración nacional de $ 606.404,2 millones, y las erogaciones se prevén en $ 963.181,1 millones para el próximo ejercicio fiscal, demostrando la inconsistencia de la ley 27.260 y la presión, ante el déficit previsional, para que se complete el pago con la venta de títulos y acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS, en una práctica ya realizada por el liberalismo de desfinanciar el sistema para la privatización de los sectores de mayores aportes y la estatización de los que va a mantener el Estado pero a remuneraciones viles.
Déficit fiscal y deuda externa
En el Presupuesto 2017 se afirma que el endeudamiento público del próximo año va a ser de $ 1.727.248,4 millones (al tipo de cambio promedio esperado de $ 17,92 implican U$S 96.380 millones) con los cuales plantean amortizar deuda por $ 1.042.501,2 millones, esto significa U$S 58.175 millones. Quiere decir que el gobierno se debe endeudar por U$S 38.205 millones (U$S 96.380 millones – U$S 58.175 millones) para cubrir el esperado déficit fiscal de U$S 26.830 y cancelar deuda que no puede renovar.
Como una parte de esa deuda es con el BCRA, con el Banco de la Nación Argentina y reestructuraciones varias, mayoritariamente en pesos que irá financiando con Letras del Tesoro, lo cierto es que el macrismo incrementará en 2017 la deuda con el sector privado por U$S 18.500 millones, a lo que se suman los U$S 16.200 millones pagados a los holdouts. Cuando el total de deuda externa al 31/12/2015 ascendía a U$S 222.703 millones y casi el 60% era deuda intra sector público. Paralelamente, estima que el país todos los años va a operar con déficit comercial porque las importaciones superan a las exportaciones.
Síntesis del presupuesto de Macri
Como conclusión podemos afirmar que el presupuesto 2017, elaborado con seriedad y profesionalidad en su forma, es inconsistente en su contenido por:
– La política fiscal es errática, no garantiza la provisión de bienes y servicios públicos de calidad, y presenta un fuerte déficit fiscal que incluye un desproporcionado déficit previsional y un mayor pago de intereses de la deuda.
– La obra pública es muy menor a la necesaria y no logra recomponer la tasa de inversión general.
– Ingresan dólares financieros pero las importaciones van a superar a las exportaciones y se debe hacer frente al pago de los intereses y del capital del mayor endeudamiento, camino que conduce al estrangulamiento del sector externo por déficit en la cuenta corriente.
– Como pasó este año 2016, el menor nivel de actividad hizo que descendiera fuertemente la recaudación. No se tienen garantías de que la economía se recupere. No hay un sector que lidere el proceso, el Estado ausente no instrumenta un estímulo real a la producción en general y a las Pymes en particular.
– No se prevé revertir la muy baja elasticidad empleo –producto, ante un PIB que no se sabe cómo va a crecer, y si se espera una mayor tasa de desocupación.
En síntesis, no crecen las exportaciones ni el consumo, el gasto público desciende, no hay estímulo ni demanda garantizada para las inversiones, lo más probable es que la economía no crezca agudizando la situación de vulnerabilidad del modelo. Lo único que se puede prever es la combinación perniciosa de déficit gemelos (Fiscal y Comercial). Como afirma el Profesor Mario Rapoport:
“Los sectores económicos que con Macri llegaron al gobierno, son una combinación de los intereses agropecuarios con las grandes multinacionales, que también existió en otras administraciones, con la diferencia que éstas últimas están cada vez menos interesadas en los mercados internos de países como el nuestro, ni en sus poblaciones locales porque ahora la mano de obra barata y los consumidores están en muchos lados y esas empresas pueden cambiar más rápidamente de lugar, no anclarse, lo que se ve favorecido por el predominio de los sectores financieros, la movilidad de los capitales y la libertad de los mercados de importación. Queda por señalar que la Argentina de Macri, no va a dar por resultado un nuevo tipo de acumulación productiva sino grandes ganancias a sectores reducidos promoviendo otra gigantesca fuga de capitales, que servirá para evadir y proteger esas ganancias en los paraísos fiscales y posiblemente, para muchas multinacionales, compensar las pérdidas que la crisis les ha producido en otros lados. Esta es la verdadera alianza del macrismo, que en los hechos implica un nuevo vaciamiento del país al estilo del que hicieron sus predecesores neoliberales”.
*Economista especializado en temas fiscales y monetarios. Profesor de Política Económica UBA. Ex Director de Políticas Macroeconómicas del Ministerio de Economía. Miembro de EPPA (Economía Política para la Argentina)